La Comisión Europea anima a los Estados miembros a encontrar soluciones innovadoras para los problemas económicos, sociales y sanitarios de una población que envejece y a invitar a estas personas a seguir jugando un papel importante en la sociedad. Pretende, con este Año Europeo, fomentar los esfuerzos de los Estados miembros y sus autoridades regionales y locales, de los interlocutores sociales y de la sociedad civil para que los ciudadanos con muchos años sigan teniendo un papel activo en la sociedad y vivan de la forma más saludable y satisfactoria posible.
A colación de las mencionadas transformaciones sociales, se desarrolla la puesta en marcha de la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia que ha servido para elevar a la categoría de derecho la atención a las personas que no pueden valerse por sí mismas. Pero además, pone de manifiesto que es preciso trabajar activamente en la promoción de la autonomía personal y la participación social como forma de prevenir la dependencia y promover los valores democráticos del respeto, la dignidad humana, la tolerancia, participación, paz… a favor de los derechos y el bienestar de las personas mayores.
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